el gobierno en Colombia para un conflicto con el grupo guerrillero
el gobierno en Colombia para un conflicto con el grupo guerrillero
1.El conflicto armado interno en Colombia es una guerra asimétrica de baja intensidad que se desarrolla en Colombia desde la década de 1960 hasta la actualidad. Los principales actores involucrados han sido en un comienzo el Estado colombiano y las guerrillas de extrema izquierda, sumándose décadas después los grupos paramilitares de extrema derecha, los carteles del narcotráfico y las bandas criminales. Ha pasado por varias etapas de recrudecimiento, en especial desde los años ochenta cuando algunos de los actores se comenzaron a financiar con el narcotráfico.25
El conflicto tiene sus antecedentes históricos en la época de «La Violencia» (conflicto bipartidista que se gestó a finales de la década de 1940 y los 50´s y que tiene sus orígenes primigenios cuando Colombia -entonces llamada la Nueva Granada- se independizó de España e inició una pugna sobre el modelo de Estado que debía adoptar el país), sin embargo, cada etapa de la historia del país ha traído consigo un enfrentamiento diferente.
Las causas para que se desarrollara el conflicto armado colombiano se centran en una amalgama de elementos entre los que cabe destacar la debilidad del Estado, el conflicto por la posesión de la tierra, la existencia de marcadas diferencias económicas, o la polarización y la persecución de la población civil debido a su orientación política. También destaca la permanencia de guerrillas de orientación comunista y la existencia de una industria del narcotráfico que se ha introducido en todos los sectores de la sociedad y del Estado.
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GOBIERNO
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PORTAFOLIO
ABRIL 23 DE 2017 - 03:15 P.M.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, aseguró, en el panel "Financiamiento para la paz: innovaciones para enfrentar la fragilidad", en el marco de las Reuniones Anuales y de Primavera del Fondo Monetario Internacional y del Grupo del Banco Mundial, que Colombia tiene como principal reto movilizar los recursos para financiar el proceso de paz y cerrar las brechas sociales del país.
(Lea: Los retos de la economía tras el fin del conflicto).
“Nosotros estamos en una transición hacia la paz, después de 50 años de conflicto, estamos en las primeras etapas de implementación de los acuerdos y los aspectos relacionados con su financiación son centrales para Colombia. El país tiene el reto de financiar la paz y hacer frente a las brechas sociales que se generaron como consecuencia del conflicto”, aseguró el funcionario, en el panel que abrieron el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim; el secretario general de la ONU, Antonio Guterres; y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
El jefe de la cartera de Hacienda explicó en el encuentro, que para la financiación de la paz en Colombia se requiere el esfuerzo de recursos domésticos e internacionales
“Necesitamos donaciones y créditos en condiciones favorables de la comunidad internacional, pero por supuesto que el mayor esfuerzo vendrá al interior de Colombia y no sólo del Gobierno Nacional sino también de las entidades territoriales”.
Así mismo, añadió el funcionario que “estamos fortaleciendo la estructura tributaria en Colombia, para ello, acabamos de aprobar una reforma tributaria estructural en la que por primera vez introdujimos impuestos verdes, que permitirán movilizar recursos para financiar la paz. Esto teniendo en cuenta que la paz contribuirá a la reducción de la deforestación y de los cultivos ilícitos, lo que tiene beneficios para el medio ambiente”, indicó Cárdenas.
(Lea: Los retos de la economía tras el fin del conflicto).
“Nosotros estamos en una transición hacia la paz, después de 50 años de conflicto, estamos en las primeras etapas de implementación de los acuerdos y los aspectos relacionados con su financiación son centrales para Colombia. El país tiene el reto de financiar la paz y hacer frente a las brechas sociales que se generaron como consecuencia del conflicto”, aseguró el funcionario, en el panel que abrieron el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim; el secretario general de la ONU, Antonio Guterres; y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
El jefe de la cartera de Hacienda explicó en el encuentro, que para la financiación de la paz en Colombia se requiere el esfuerzo de recursos domésticos e internacionales
“Necesitamos donaciones y créditos en condiciones favorables de la comunidad internacional, pero por supuesto que el mayor esfuerzo vendrá al interior de Colombia y no sólo del Gobierno Nacional sino también de las entidades territoriales”.
Así mismo, añadió el funcionario que “estamos fortaleciendo la estructura tributaria en Colombia, para ello, acabamos de aprobar una reforma tributaria estructural en la que por primera vez introdujimos impuestos verdes, que permitirán movilizar recursos para financiar la paz. Esto teniendo en cuenta que la paz contribuirá a la reducción de la deforestación y de los cultivos ilícitos, lo que tiene beneficios para el medio ambiente”, indicó Cárdenas.
3.El Gobierno colombiano tiene suficientes motivos para sentirse orgulloso y esperanzado. Después de más de cuatro años de arduas negociaciones con las FARC, finalmente se alcanzó un acuerdo definitivo para que sus miembros depongan las armas y se reincorporen a la sociedad civil, al mismo tiempo que la organización delictiva inicia un proceso que se espera concluya con su transformación en un partido o movimiento político.
Pero sostener ante la comunidad internacional que la “guerra” en Colombia ha terminado, es una afirmación que desconoce el largo y espinoso camino que todavía debe recorrer el pueblo colombiano para alcanzar la paz.
El pasado 21 de septiembre, en el marco de la 71ª sesión ordinaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Presidente Juan Manuel Santos tomó el pódium para dirigirse a las delegaciones que asistieron a la cita global. El tema central de su discurso, como en otras oportunidades, el proceso de paz en Colombia.
En su alocución ante la plenaria de la Asamblea el mandatario afirmó que: “Después de más de medio siglo de conflicto armado interno, hoy regreso a las Naciones Unidas, en el Día Internacional de la Paz, para anunciar –con toda la fuerza de mi voz y de mi corazón– que la guerra en Colombia ha terminado”. Lo cual reiteró hacia el final de su intervención con la frase: “me siento emocionado, humildemente emocionado, al presentar ante ustedes el anuncio de la paz de Colombia. Un conflicto de más de medio siglo llegó a su fin”.
Las apreciaciones del Presidente Santos fueron apresuradas y no corresponden al contexto actual del conflicto armado colombiano. Si bien es cierto, la desmovilización de las FARC es un gran avance hacia el objetivo de alcanzar la paz, no se puede afirmar que en nuestro país esta ya sea una realidad. Dos hechos, uno relacionado con el cumplimiento de los acuerdos y otro con el fortalecimiento de uno de los actores del conflicto, así lo demuestran.
Alias Iván Márquez, jefe negociador del grupo subversivo, sostuvo el 19 de septiembre en entrevista a CNN en español que: “Sin ley de amnistía e indulto pues muy difícil que la guerrilla empieza el movimiento de sus efectivos hacia la zona de paz o hacia los puntos transitorios de normalización (SIC)”. Pareciera indicar con eso que la guerrilla no va a cumplir sin dilaciones el cronograma pactado en el punto tres de la agenda sobre fin del conflicto, el cual debe iniciar a correr el 26 de septiembre (denominado día-D), fecha en la que se firma oficialmente el Acuerdo Final.
Si las FARC realmente quieren poner fin a más de 50 años de violencia, deben empezar por cumplir lo acordado. Lo contrario, lo único que genera es más desconfianza en un pueblo que el 2 de octubre debe refrendar en las urnas lo negociado con el Gobierno Nacional.
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